martes, 9 de abril de 2013

Soliloquio, Plan B y Reflexión marginal








Un dispositivo que permita:



1.- Contener los residuos



2.- Someterlos a un flujo de oxígeno caliente



3.-Acelerar su composteo



 4.- Invertir su acomodo para optimizar su humedad



5.- Abrirse a factores ambientales necesarios como tierra, aire, humedad, sol, más residuos, cosecha de composta, etc.



6.- Cerrarse a factores ambientales indeseables como lluvia fuerte, insectos, roedores, depredadores, vándalos, etc.



7.- Un dispositivo que pueda manejarse tanto en una versión insuperablemente barata como en un formato más sofisticado e incluso elegante que pudiese ser elaborado en mimbre, barro, ceràmica o polietileno de alta densidad (HDPE) reciclado.



8.-Ofrecer una alternativa más racional sobre un método de composteo ya probado plenamente; específicamente el bote compostero tradicional cuyo funcionamiento se puede resumir gràficamente de forma muy elemental  en:




Una columna de materia orgánica ( M.O.) en un contenedor que permite el paso de oxígeno, y de microorganismos desde el suelo.









Lo que estoy aquí planteando es una versión más racionalizada que se podría resumir gràficamente de forma muy elemental  en:







 Es decir una versión en donde la columna de M.O. sea segmentable para permitir un mejor manejo y oxigenación que no requiera nunca que empuñemos una herramienta para oxigenar. Donde a voluntad, y segun sea necesario, podamos intercambiar de lugar los segmentos e inocularlos con microorganismos aplicando pequeñas cantidades de tierra en cada segmento...






Además, que el acomodo de la M.O. permita un flujo de aire desde abajo aprovechando el concreto caliente por los rayos del sol.





Que incluso todo el dispositivo, puesto que puede dividirse en segmentos, pueda moverse sin gran esfuerzo del sol a la sombra o del  bajo techo a la intemperie o viceversa.







Ahora bien, toda esta reflexión ha sido y continuará siendo marginal debido a que vienen siendo y continúan vigentes presupuestos económicos, políticos y técnicos que continúan haciendo funcional el orden actual. “No te ocupes de eso. Para eso están los esclavos” (tecno mecánicos o humanos;  o un híbrido); o bien: “El sistema se encarga” (¿político o biológico?).



Es decir, hay una institucionalización operante que tiene monopolizados los presupuestos económicos, energéticos e imaginativos. No se ve la necesidad de ciudadanizar alternativas y antes de eso los grupos poderosos preferirán hacer alianzas entre sí: concesiones de la administración de nuevos y faraónicos rellenos sanitarios o de sistemas de recolección más esforzados y mecanizados, etc.



(Y yo digo ¿de qué se trata pues? ¿de mantener en la minoría de edad irresponsable a la ciudadanía? ¿de escamotearle alternativas y potencialidades? ¿de postergar su desarrollo?...)



Pero todo esto es también una cuestión de perspectivas pues la cantidad de residuos que producimos ENTRE TODOS los miembros de una sociedad constituyen un problema de atención prioritaria por sobre las alternativas que puede manejar una familia o un sujeto aislado (Es de quitar el sueño qué hacer con

12 000 toneladas diarias de residuos pero los 950 gramos diarios que produce un sujeto parecen indignos de preocupación); sin embargo, de la misma forma en que ambas perspectivas se sintetizan en el problema deberían sintetizarse en torno a una solución… con una atenciòn equitativa.

















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