martes, 25 de junio de 2019

Aportes metodològicos



I  El proceso, definitivamente, no ocurre frente a nuestros ojos.  

En ese sentido, el composteo se parece más a la práctica de hacer vino




que a la elaboración de un alimento, por sofísticado y laborioso que sea:


Asì que, en la particular metodologìa que planteo se asume la pràctica del composteo como una pràctica continua e indefinida que demanda constancia, tenacidad y paciencia.


(Escolarmente excederìa cualquier curso de verano, incluso a un ciclo entero...).

II  Planteo posponer inicialmente cualquier expectativa sobre el composteo en cuanto a su funcionalidad respecto a los residuos orgànicos normalmente generados.

(Considerando que la recolecciòn normal de residuos continuarà con o sin pràctica alternativa alguna...).





III  Planteo iniciar en cambio, y de inmediato, la pràctica del composteo de restos vegetales de florerìas y similares.





(Es decir, residuos no atractivos para insectos rastreros...


O digamos que los residuos predeciblemente menos atractivos para ellas:




IV  Dicho composteo es factible incluso sin recurso a herramienta alguna...



V  Cuando se haya logrado una producciòn considerable de material semi-degradado, se comienza a introducir, ahora sì y en forma muy progresiva y metódica, el composteo de residuos orgànicos normalmente generados, es decir, càscaras de fruta y demàs residuos vegetales...

pudiendo acelerar, o incluso frenar temporalmente la práctica, si surgen imprevistos indeseables: insectos, lluvia intensa, roedores, cambio de domicilio...



 


Con esta metodologìa, considero en general que:

a) se atenúan o eliminan las fases desagradables y problemáticas iniciales del composteo,

incluida la adquisición de un contenedor (que requeriría una inversiòn inicial, cuidados, algún tipo de mantenimiento, seguridad...)
y que indefectiblemente durará menos que la práctica que pretende contener;


b) se plantea una acción inmediata y a la vez introductoria;

c) misma que familiariza a los principiantes en el composteo con el comportamiento de cierto tipo de residuos orgànicos al paso del tiempo y sus efectos ambientales (calor, lluvia, frìo, viento...);

d) y permite poner a prueba la capacidad de compromiso de los principiantes en un proyecto a largo plazo.







Y ademàs de lo dicho arriba, resulta que:

En muchos viveros municipales, invernaderos universitarios, cementerios, y hasta instalaciones militares... ya suelen, desde hace un tiempo inmemorial, amontonar flores semi secas, plantas y hojarasca, restos de poda, etc...
y displicente e involuntariamente producir de esa manera material semi degradado y a medio camino entre los residuos frescos y la composta madura (o lo que en este blog he llamado, en otra entrada, B).








Lo que sigue no es sino un asunto de vinculaciòn entre áreas administrativas municipales: parques y jardines, o viveros de los ayuntamientos; con el sector educativo y...


comenzar a inducir numerosas pràcticas progresivas de composteo escolar...


Tantas como sea posible!! 









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