lunes, 6 de septiembre de 2021

Reediciones

 

Al menos desde 2018, a diversas instancias gubernamentales y educativas les he estado acercando la propuesta de incorporación del composteo doméstico a su oferta de actividades con valor de servicio social para jóvenes preuniversitarios, o incluso para chicos becarios en nivel de educación media básica...


Convencido de que el composteo doméstico es en el fondo, una actividad muy simple, y no queriendo añadir mayor complejidad al tema, me quiero limitar a reeditar tres entradas antiguas de este mismo blog, las cuales pueden contribuir a la comprensión de la actividad que aquí vengo proponiendo...

Aclarando que ninguna explicación suple la experiencia directa.


Van pues:


I  B


Imágenes en torno al composteo como las que aquí presento abundan en la red electrónica:
































Son muy bonitas...  capaces de entusiasmar a cualquiera para emprender acciones al respecto.




Considero sin embargo que son engañosas:  el asunto no es tan simple como se ve...

exige paciencia... hay que soportar frustración e incomprensión.


Me explicaré: en diversas exposiciones sobre el tema, y buscando simplificar al máximo, me he referido a los residuos frescos como la etapa  A  del proceso.  Así pues, estas imágenes son  A:


















Ahora bien, entre la fase A y la fase bonita del proceso, es decir, a lo que llamo fase C y otros autores y expositores sobre el tema llaman "composta madura", 


es decir las imágenes bonitas:






(Y cuando por supuesto, todo mundo intenta salir en la foto):






Repito, entre esas dos fases del proceso está una fase B.

Ahí es cuando se requiere paciencia, perseverancia...ahí es cuando el proceso no se ve tan bonito durante algunas semanas.

(Incluso se ve feo...).





Y es en B cuando casi nadie toma fotos...



Pero sin B no hay C... 

por lo menos yo no he logrado encontrar una transición directa de A a C



En más de 20 años!



II  Un buen puerco

La comparación de B con un puerco es muy adecuada.

A medida que se van acumulando residuos y con ellos se va dando paso de A  a  B (ver la entrada llamada B, en este mismo blog).

dicho volúmen de B  empieza a comportarse como un puerco...

como un buen puerco que come desperdicios... que se nutre con ellos y se va poniendo más gordo y se vuelve más voraz.



(Esa era la forma en que, en el pasado muchas gentes hacían una gestión doméstica de sus residuos:  tenían en casa un puerco... en un traspatio o en un corral.

Incluso en otros años, en familias muy tradicionalistas, cuando un niño no quería acabarse la comida, se le decía en tono de regaño:

"Ándele niño! coma que aquí no hay puerco!).

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Uno de los recuerdos más antiguos de mi infancia es el de un chico que por las tardes llegaba a mi casa, tocaba la puerta y gritaba:  "Tienen?"



Mi mamá nos decía: ¡Ói...ya llegó tienen!



Y salíamos a entregarle los desperdicios de cocina que el chico se llevaba en una cubeta...

su familia tenía uno o varios puercos, en algún patio o corral...


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Así funciona B... es asunto de dedicación y cuidados... claro que el composteo no requiere tantos cuidados, espacio, atención, limpieza, etc, como los que requiere tener un puerco... pero se puede hacer una comparación.

Y luego, cuando ya mi puerco esté muy grande, volviendo a la comparación... puedo dividirlo en partes menores y compartirlo o venderlo para que otros comiencen a alimentarlo...

Y eso para qué?
Bueno, pues esa sería una forma de divulgar y compartir una ecotecnia... de eso se trata en este espacio...


Lo que sí es cierto es que lo que actual, cotidiana e insensatamente estamos produciendo entre todos ya no se lo come ningún puerco:
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Bueno, y claro que el problema de los residuos es muchísimo más grande y complejo que los residuos orgánicos. Eso lo tengo muy claro.



Pero la autogestión de los propios orgánicos generados es un mínimo ejercicio cívico de sensatez, congruencia y rebeldía frente a lo desmesurado y estúpido que se ha vuelto el mundo...



III  En menos de 24 horas


En busca de apoyos metodológicos para lo que vengo divulgando en este espacio he hecho un viaje muy muy largo.



Quizá debería bastar con decir algo muy simple y sintético, como:



El sistema de recolección normal de basura de tu localidad es tan eficaz -e inescrupuloso- que tus residuos, en menos de 24 horas de que los sacaste a la acera, terminarán conformando y sumándose a un paisaje como este:






A menos que hagas algo alternativo.


Y los residuos de tipo orgánico se prestan a hacer algo alternativo.

Aunque tu voluntad de dejar de contribuir, al menos un poco, al paisaje indeseable mostrado en la imagen, deberá ser continua y sistemática.
Al respecto deberás volverte muy muy metódico y constante...

y hasta necio.


Pero al paso del tiempo, la actividad emprendida con tus residuos orgánicos te dará satisfacción y orgullo.






Punto.


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